Descubre la forma correcta de sujetar a tu gato para que no sufra

4 febrero, 2025 - Maria Aguirre

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Es probable que seas de aquellos que te hayas llevado un susto al coger alguna vez a un gato, incluso si es el tuyo y tienes confianza con él. Es normal, porque estos pequeños felinos domésticos son imprevisibles en muchas ocasiones. Y también porque generalmente les cogemos mal, tal y como ha demostrado en su canal de YouTube el veterinario canadiense Uri Burstyn, protagonista del famoso canal especializado en mascotas Helpful Vancouver Vet.

Según Burstyn, es muy habitual que las personas hagan daño a sus gatos al no saberlos cogerlos, y que incluso éstos les arañen por ello. Y es que tratar a un gato como si fuera un perro es uno de los grandes errores más comunes.

Los gatos son más pequeños y más asustadizos y necesitan un ritual diferente a la hora de ser sostenidos en brazos. No les agradan ni las palmadas ni siquiera los achuchones muy exagerados. Para que el gato no se asuste, debes acercarte a él con la mano cerrada, según explica Burstyn, porque así permitirás que te huela, sobre todo si no tiene mucha confianza contigo. Además, los gatos suelen arañar las cosas en movimiento así que con la mano cerrada evitarás que se centre en tus dedos.

Aprende cómo calmar a tu gato

Una forma de que se calme el animal es apoyar tus manos con firmeza sobre su lomo y emitir un poco de fuerza con ellas en dirección al suelo o cualquier otro soporte sobre el que esté situado el gato. No tiene por qué estar nervioso el animal. Pero de nuevo hay que incidir en la variable de lo imprevisible que siempre hay que tener en cuenta con estos animales. Si no te permite que te acerques demasiado a él o le ves demasiado nervioso como para hacerlo, déjale algún objeto o juguete unos minutos para que se distraiga antes de volver a probar la maniobra de acercamiento.

Nunca le cojas de las axilas

Con el gato tranquilo, es momento de cogerle. La clave es evitar hacerlo por lo que serían sus axilas, ya que la mayor parte de las personas tienden precisamente a agarrarles por donde se unen sus patas delanteras con el resto de su cuerpo. Esto no les gusta nada porque necesitan sentirse seguros, y las patas colgando son un síntoma de clara inestabilidad para ellos. Lo mejor, sin duda alguna, es cogerles con una mano en el pecho y otra en el abdomen, como si ellos fueran el relleno de un sándwich dicho vulgarmente. De esta forma se sienten estables, sin balanceos, y protegidos, y además tienen más difícil arañar.

Por último, en caso de que necesites transportarlo en brazos, puedes llevarte al gato en la misma postura contra tu cuerpo, de manera que se sienta seguro. Olvídate, por lo tanto, de cogerle tampoco por el cuello como se aprecia en muchas fotos con gatos de por medio. Es cierto que no les duele esta postura, pero se sienten muy desprotegidos e inseguros, por lo que sufrirá. En todo caso, ante una emergencia, Burstyn dice que lo mejor es coger al gato como un balón de rugby. Subiéndole por el pecho y situándole en el costado de tu cuerpo mientras le sujetas con firmeza.

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