Enfermedades más comunes en las iguanas
Las iguanas son animales bellos que como cualquier otra especie necesita de un cuidado responsable por parte de sus dueños en cautividad. No solo hablamos del hábitat, sino de la alimentación, fundamental para prevenir problemas de salud de los que las iguanas no están a salvo. Repasamos a continuación las enfermedades más comunes que estos reptiles pueden padecer:
Enfermedad ósea metabólica
Es común en reptiles, especialmente en iguanas verdes. Se produce fundamentalmente por problemas en la dieta, que debe ser rica en calcio y vitamina D3, y la exposición inadecuada a la luz ultravioleta B, ya que en el caso de que las iguanas no puedan exponerse a ella, es más probable que aparezca dicha enfermedad ósea. Los síntomas de esta patología son la debilidad de los huesos que puede convertirse en fracturas y huesos deformados. La luz del sol, o en su defecto un espectro de luz artificial en el terrario que la reproduzca, y la alimentación responsable son fundamentales para evitarlo.
Parásitos externos
Suelen aparecer en el hábitat artificial que los dueños colocan en casa para que viva su iguana. Desgraciadamente, en ocasiones la decoración del terrario, sus plantas y troncos, pueden favorecer la aparición de parásitos que lleguen posteriormente al animal. Los más comunes son los del género Hirstiella, que afortunadamente son sencillos de detectar porque se ven en la piel de la iguana como puntos rojos. Lo mejor en caso de verlas es acudir rápido al veterinario para que haga las pertinentes pruebas y en caso de ser afirmativo comience el tratamiento adecuado.
Parásitos internos
Mucho más difíciles de detectar por motivos obvios son los parásitos internos, que son visibles únicamente por las heces. Es básico llevar a la iguana regularmente al especialista porque él es el único capaz de hacer las pruebas y revisiones que permitan descubrir este tipo de parásitos.
Abscenos
Este tipo de enfermedades son infecciones encapsuladas y aparecen habitualmente en la piel de los reptiles en cautividad. Suelen darse por la infección de un mordisco de otro animal o por algún tipo de infección derivado de algún elemento del terrario. Las heridas se infectan e hinchan porque se llenan de pus, que suele ser denso en el caso de los reptiles. Por ello, habitualmente se recurre a la cirugía como tratamiento para poder limpiar la zona ya que el pus no puede drenarse como ocurre con los seres humanos por ejemplo.
Distocia
Se trata de una de las patologías más habituales entre las hembras a la hora de reproducirse. El problema de la distocia consiste en concreto en el atrapamiento que sufren los huevos en el oviducto, de manera que la iguana no puede expulsarlos. De nuevo, el papel del dueño es fundamental, porque puede producirse por ejemplo por problemas alimenticios, falta de luz solar o no disponer un lugar para la puesta que sea adecuado. Es prioritario si lo detectas acudir al veterinario.
Para detectar si tu iguana está enferma, debes ser responsable en el cuidado de la misma y en las condiciones de vida que le proporcionas. Ya hemos citado a la alimentación, el terrario y la luz solar como elementos clave, pero aunque le facilites todo ello de forma eficaz, debes revisarla y estar pendiente de ella a diario, atendiendo a su comportamiento y estado físico, que son los que te van a dar pistas de si ocurre algún problema. Además, debes ser responsable también a la hora de acudir al especialista y no saltarte ninguna revisión médica.
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