Todo lo que debes saber de la zoopsiquiatría
Hay palabras que por muy extrañas que parezcan se explican por sí solas. Una de ellas es zoopsiquiatría, un término muy utilizado en latinoamérica, que no es otra cosa que el ámbito de la medicina veterinaria especializado en el comportamiento. La zoopsiquiatría es lo mismo que la etología clínica, calificación que es probable que hayas oído si tienes una mascota, porque es bastante común en España encontrar etólogos veterinarios.
Este tipo de especialistas en el comportamiento animal entran en acción cuando una mascota está teniendo una actitud problemática que está generando cualquier tipo de problema: desde inconvenientes familiares derivados de la la convivencia junto al animal en cuestión hasta posibles conductas agresivas en la calle, pasando por su posible sufrimiento en caso de que el comportamiento inadecuado esté manifestándose en forma de estrés, ansiedad o cualquier otro síntoma negativo para su salud física y sobre todo mental.
Los problemas de comportamiento de carácter animal en mascotas que más se trabajan suelen tener a los perros como protagonistas, ya que son animales más empáticos con los seres humanos y más cercanos, lo que suele traducirse también en relaciones más intensas, con comportamientos que pueden sufrir cambios bruscos por culpa de traumas que generen agresividad, fobias o ansiedad entre otros problemas. Por supuesto, la zoopsiquiatría trabaja de la mano del resto de ramas veterinarias, porque en muchas ocasiones un trastorno de la conducta tiene relación con problemas físicos también.
Además, en esta especialidad tienen una importancia decisiva los detalles socio-culturales de las familias adoptivas de los animales estudiados, ya que pueden ser la razón por la que un animal está desarrollando un comportamiento inadecuado. Por eso es normal que si acudes a una consulta de esta especialidad, el etólogo veterinario requiera de una entrevista con toda la familia en primer lugar para poder diagnosticar el problema en tu animal. Te preguntará por el ambiente en casa, las rutinas, la comunicación o el comportamiento del perro entre otros muchos detalles.
A continuación, para destacar dolencias físicas, si cree que es necesario, y al ser un veterinario titulado totalmente capacitado para hacerlo, explorará a tu mascota para intentar descartar o vincular sus problemas de conducta con este origen. Esta exploración puede ir acompañada de la solicitud de pruebas médicas en profundidad como por ejemplo análisis de sangre y también puede incluso solicitar pruebas gráficas del comportamiento del animal, algo que pueden conseguir los familiares grabándole en casa.
En definitiva, es una rama de la veterinaria como cualquier otra, con la única singularidad de que trata la salud mental del individuo y no la física, por lo que cobra importancia su entorno y sus circunstancias, tanto como parte del diagnóstico como, sobre todo, como parte de la solución si el enfoque que da el especialista es de tipo conductista y no tan dirigido a los fármacos, que es la otra opción habitual. Es muy habitual que los tratamientos requieran de una serie de cambios que deben ser ejercidos por la familia del perro, ya que tienen que ver con las normas casa o las rutinas.
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