10 causas por la que tu perro orina sangre
Tanto la orina como las heces son grandes indicadores del estado de salud de personas y animales, por lo que si tienes una mascota y en su orina aparecen manchas de sangre (este trastorno se llama hematuria), lo normal es que detrás hay una causa médica, por lo que debes acudir lo antes posible a tu veterinario.
La sangre puede aparecer de varias maneras: diluida en la orina confiriéndole un color amarronado, en forma de gotas más condensadas o en gran cantidad haciendo que el perro expulse más sangre que orina.
Lo más lógico es que en la clínica le hagan un análisis de la misma y otro de sangre para determinar con certeza la causa del problema, pero si quieres tener una idea de lo que le puede suceder a tu fiel amigo. A continuación te explicamos algunas de las causas más comunes, pero sobre todo, no olvides que el que tiene la última palabra es vuestro veterinario.
Una de las causas por las que tu perro orine sangre puede ser una infección (Istock).
Motivos por los que tu perro puede orinar sangre
1- Intoxicación: ya sea con algún alimento en mal estado o con una sustancia que puede resultar tóxica.
2- Problemas renales: pueden ser provocadas por inflamaciones en la médula renal, parásitos, cálculos en el riñón…
3- Cistitis: se debe a una inflamación en la vejiga debido a motivos que van desde tumores a hongos o bacterias.
4- Parásitos intestinales.
5- Intoxicación por el mal uso de medicamentos.
6- Un golpe de calor.
7- Traumatismos: un golpe fuerte en la zona puede provocar el sangrado de alguno de los órganos cercanos a la vejiga y hacer que la orina se manche con sangre.
8- Tumores en alguna zona del tracto urinario o reproductivo (e incluso alguna patología en los órgnos reproductivos).
Otro motivo puede ser que algo le haya sentado mal (Istock).
9- Infecciones en la zona debido a hongos o bacterias o alguna enfermedad infecciosa.
10- Alteraciones de la sangre debido a problemas de coagulación que pueden ser fruto de una intoxicación por anticoagulantes, hemofilia o algún tipo de fármaco entre otras cosas.
Estas son algunas de las causas más comunes, pero no las únicas. Tu veterinario será el que tenga la última palabra así que no dudes en acudir a él lo antes posible.
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