Cómo afectan los cambios de temperatura a tu perro
Como mamíferos que son, animales de sangre caliente, a los perros los cambios de temperatura les pueden afectar de diversas maneras. Igual que a ti, sin ir más lejos.
Golpe de calor
De hecho, los canes puedes sufrir, por ejemplo, golpes de calor, que son muy habituales en los seres humanos durante los meses cálidos o de muchas horas de exposición directa al sol.
En los perros, el golpe de calor, que básicamente ocurre cuando los mecanismos de termorregulación corporal del animal no pueden regular a tiempo un aumento de la temperatura corporal, provoca síntomas como el jadeo exagerado, taquicardia, shock, babeo y deshidratación, convulsiones y temblores musculares, entre otros. En el peor de los casos, la muerte.
Hipotermia
El caso opuesta, la hipotermia; es decir, la caída por debajo de niveles normales de la temperatura corporal a consecuencia del frío, también es una patología que se presenta en los perros. Las consecuencias, como con los golpes de calor, pueden llegar a ser extremadamente graves, también con la muerte como una de los riesgos reales.
Entre medias de ambos contextos extremos hay un sinfín de formas en las que los cambios de temperatura pueden afectar a tu perro. Lo más habitual es que le afecte sobre todo al estado de ánimo, provocando mal humor en el animal. También se mostrará a través del lenguaje gestual, que no está nada cómodo con la situación.
Es muy importante, por lo tanto, saber que los perros pueden sufrir las consecuencias tanto del calor como del frío excesivo, y que también son sensibles a cambios bruscos de temperatura. Por ello, hay que protegerles de situaciones en las que puedan estar expuestos a este tipo de circunstancias. Sobre todo, es absolutamente imprescindible no dejarles encerrados en espacios muy calurosos, y llevarle abrigado en caso de que el clima sea muy extremo.
Además, en los días de calor, es también muy importante ofrecerle agua de forma constante al animal para evitar deshidratación y otros riesgos derivados del exceso de calor. Mientras que en los días más fríos también es aconsejable tomar algunas medidas sencillas, como por ejemplo sacarle a la calle en las horas centrales del día o cuando haga acto de presencia el sol.
En definitiva, se trata de aplicar el sentido y entender que el animal puede estar sintiendo algo muy parecido a lo que tú percibes cuando la temperatura es extrema o cuando se producen cambios de temperatura de forma brusca.
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