Cómo evitar que tu perro tenga sarro
El sarro es el resultado de la formación de una capa de bacterias que se genera en la boca de los perros y en la que se van añadiendo restos de comida y de todo lo que el animal coge con sus dientes hasta formarse una especie de cálculos que suelen aparecer en el espacio entre la encía y el diente que son uno de los enemigos más comunes de la salud y la higiene de los perros. De no detenerlo a tiempo se puede extender y dar lugar a infecciones bucales muy peligrosas. Por ello, es importante conocer qué es exactamente y sobre todo cómo prevenirlo.
Para prevenir que tu perro tenga sarro, algo que suele darse sobre todo en animales que sobrepasan los cinco años, es fundamental mantener en él una higiene bucal impecable. Ya no solo conseguirás evitarle problemas de salud de esta forma, sino que también te evitarás padecer el desagradable aliento que emanan por culpa del sarro.
La mejor forma de cuidar la higiene bucal es acostumbrando al animal a que el cepillado diario de su boca es obligatorio. Si lo haces desde que son cachorros todo resultará mucho más sencillo y rápido. Es tan sencillo como elegir un buen cepilla y una pasta dental adecuada para las características de tu perro y tener paciencia hasta que el animal se acostumbre a esta rutina tan necesaria.
Junto al cepillado, puedes tener a mano algún juguete que pueda masticar para limpiar su boca a la vez que juega, e incluso si le ofreces algún premio de vez en cuando que tenga compuestos que atacan a la placa bacteriana que se forma y que da lugar al sarro. Suelen ser piensos, galletas, barritas o incluso los típicos huesos a modo de “chuchería”.
Por último, aunque no lo parezca, la forma física en la que se encuentre el perro también puede resultar decisiva para la aparición o no de sarro. Si el animal hace ejercicio diario y la alimentación que le proporcionas es la adecuada se retrasará la aparición de sarro y por lo tanto el riesgo de infecciones bucales será muy inferior.
Si pese a seguir estos consejos consideras que tu perro está generando sarro, si no puedes retirarlo durante el cepillado, debes acudir al veterinario para que le someta a una limpieza bucal igual que hace cualquier ser humano.
Y si no eres capaz de detectar el sarro, sospecha si el animal emite un mal aliento prolongado, si se rasca la boca mucho sin motivo aparente, si saliva de forma abundante o si notas algún cambio drástico en cuanto a la alimentación e incluso cómo mastica. Las encías enrojecidas o inflamadas, entre otras cosas, también podrían tener que ver con el sarro. En todos estos casos lo mejor es acudir al especialista de confianza para que revise al animal.
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