La enfermedad de Lyme en perros: estos son sus síntomas y tratamiento

6 mayo, 2019 - Marta Benayas

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Durante la primavera y el verano hay que tener más cuidado que nunca con nuestras mascotas y los paseos en parques y zonas con vegetación. Durante este periodo, la afluencia de mosquitos y garrapatas es mayor resultando mucho más fácil que el animal se contagie. Cuando pensamos en este tipo de patologías, una de las más comunes es la Enfermedad de Lyme, pero ¿en qué consiste?

Transmitida por las garrapatas y causada por la bacteria B burgdorferi, no siempre presenta síntomas desde el primer momento que se padece. De hecho, un alto porcentaje de canes que la sufren la presentan de forma latente aunque el mayor pico de contagio se experimenta 48 horas después de que la garrapata esté en contacto con el animal.

Es por ello que la mejor medida que puedes encontrar para hacerle frente es revisar habitualmente a tu perro, sobre todo después de un largo paseo en el que hayáis estado en contacto con vegetación.

Los parques y el campo son un foco de garrapatas (Istock)

Síntomas

Aunque en los humanos si la garrapata nos muerde aparece una pequeña mancha e irritación en la zona, con los perros esto no sucede. Lo más probable es que tarde varios meses en desarrollar la enfermedad como tal, concretamente entre dos y cuatro. Algunas de las señales que deberían empezar a preocuparte y que pueden ser indicadores de que el animal sufre la Enfermedad de Lyme son:

-Vómitos

-Fiebre

-Flojera

-Falta de apetito

-Dolor e hinchazón en las articulaciones

-A la larga, puede desarrollarse una insuficiencia renal, por lo que ante la duda debes llevar al animal a una revisión.

-En casos muy agravados pueden darse problemas cardíacos y en el sistema nervioso.

No olvides revisar a tu mascota regularmente para comprobar que no tenga garrapatas (Istock)

Tratamiento

En muchos casos, las propias defensas del perro le ayudan a superarlo, pero en los casos en los que se recurre a un tratamiento, estos suelen tener una duración de un mes y están enfocados a diversos antibióticos para matar a la bacteria como analgésicos con los que terminar con los dolores que pueda sufrir el animal. Pero recuerda, lo más importante es la prevención.

No mediques al can por tu cuenta, consulta con tu veterinario para que te aconseje sobre los tratamientos a seguir en función de su peso, edad y la gravedad de la situación.

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